Las etiquetas RFID son unos pequeños dispositivos que pueden ser incorporados o adheridos a cualquier producto. RFID significa «identificación por radiofrecuencia» y es una tecnología de almacenamiento de datos que funciona de manera inalámbrica. Funciona a través de etiquetas, tarjetas o llaves que incorporan un chip único que contiene todo tipo de datos sobre la mercancía.
Ventajas de la implantación de RFID en empresas:
En una fábrica, las etiquetas RFID, pegadas o colocadas en el producto, se comunican con unos lectores de manera automática mediante ondas de radio. Además, los datos se pueden enlazar con el software ERP de la empresa. El sistema RFID ofrece algunas ventajas competitivas muy importantes, entre ellas:
- Los artículos no requieren línea de visión para ser identificados automáticamente.
- Se puede hacer una lectura simultánea de distintos artículos, por lo que resulta fundamental para automatizar procesos. En el sector de la fabricación de colchones, por ejemplo, es muy común agrupar muchos colchones en un palet. A la hora de la carga, pasaremos el palet por un puente con lectores RFID y el recuento de los colchones cargados se hará automáticamente.
Aplicaciones del RFID en la industria
Los sistemas RFID son utilizados en diversos sectores por sus numerosas aplicaciones: ganadería, industria automovilística, aeropuertos, peaje automático en carreteras, control de robo de artículos en tiendas y supermercados, controles de acceso (en gimnasios, en el metro o en fábricas), autopago en la cesta de la compra, etc. Los dispositivos se incrustan o pegan en todo tipo de tejidos y materiales. Por ello, también son utilizados en la industria textil, retail, e incluso en logística alimentaria y cadenas de frío, ya que la etiqueta permite grabar datos de fabricación de cada producto, pero también detectar la temperatura.
El RFID encuentra su más importante aplicación en cadenas de producción y suministros industriales, ya que es capaz de automatizar muchos procesos. Permite controlar automáticamente entradas y salidas de mercancía en almacén, así como llevar la trazabilidad en tiempo real.
Con un sistema RFID podemos identificar, a distancia y sin ningún tipo de contacto ni control humano, los productos de la cadena productiva. Así evitamos las continuas comprobaciones que malgastan tiempo y recursos. Además, eliminamos errores humanos de lectura y clasificación de los artículos. En definitiva, hacemos los procesos mucho más eficientes.
El RFID en la industria: almacenes inteligentes
La tecnología RFID resulta de gran interés para sectores como la fabricación, logística, transporte, distribución y retail. Esto se debe a que resuelve algunos de los quebraderos de cabeza más importantes en estos entornos:
- Identificación y seguimiento automático de paquetes, bultos y mercancías dentro del almacén o fábrica. Optimización de los procesos productivos.
- Mejora de la gestión del inventario al hacerse automáticamente y en tiempo real.
- Eliminación de tiempos muertos, personal más productivo, reducción de los costes de distribución y mejora de los servicios.
- Imputación automática de entradas y salidas en el almacén. Reducción de extravíos y pérdidas de mercancía.
- Rápida identificación y recepción de productos devueltos (logística inversa).
- Identificación del contenido de un palé sin tener que desmontarlo.
- Evita los problemas ocasionados por la rotura de stock en el almacén.
- Verificación automática de cargas y descargas.
- Control automático del itinerario de los productos (trazabilidad).
- Aumento de la seguridad a través de la monitorización del estado de los productos. En especial para operadores logísticos dedicados al transporte de productos de alimentación perecederos (el tag puede indicar temperatura y caducidad, entre otros datos).
- Optimización de la trazabilidad de la flota y de los procesos de trabajo en almacenes, obteniendo una reducción de costes y tiempos de entrega.
- Podemos unir el RFID con nuestro ecommerce o plataforma B2B para ofrecer información del stock a tiempo real a nuestros clientes o proveedores.
Ahora que la inmediatez es fundamental, una buena gestión logística supone una de las mayores ventajas competitivas para cualquier empresa.
¿Es una buena inversión?
El RFID es un sistema de fácil implantación. Los costes son accesibles para pequeñas y medianas empresas. Además, las ventajas son incontables, pudiendo adecuarse a los procesos internos y las necesidades de cada compañía. Las aplicaciones de la tecnología RFID permiten dar un salto cualitativo en los servicios y en la productividad de una empresa. Y es que tiene grandes e importantes aplicaciones en la cadena logística, así como un impacto directo en los resultados al mejorar la eficiencia de los procesos.